
Cómo el fracaso rescató a una empresa
Por Rita Carvalho
28 septiembre 2015
Los errores son el combustible del éxito

Necesitas inversión para encontrar un local. Y necesitas un local para encontrar inversiones. Ese era el dilema que casi acabó con Impact Hub Berlin cuando el proyecto contaba solo un año. Llegados a 2015 el hub es rentable, repleto de suscritos y elogiado por la canciller alemana como nuevo modelo de empresa exitoso. ¿Cómo lograron cambiar las cosas?
En primer lugar, se negaron a abandonar. No subestimes la perseverancia; como prueba de su poder, dale al interruptor de la luz. Thomas Edison pasó por 1000 versiones de la bombilla antes de dar con el diseño que cambiaría el mundo. Fracasa, pero no te rindas; la derrota solo es real cuando te resignas a la idea de que no puedes lograr tu meta.

El siguiente paso fue enfrentarse a lo que falló y asumir sus errores. El equipo berlinés debía aceptar que habían fracasado al poner en práctica su modelo: "Siempre enseñamos que debemos crear prototipos y ni siquiera llegamos a hacer el nuestro", comenta Nele. Sin un análisis claro y frío de por qué algo falló no podrás trazar una visión realista de cómo mejorarlo.

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La clave es pensar como un científico y tratar cada intento de tu idea como una posibilidad de probar una hipótesis. Si queda probada, excelente. Si no, genial también; habrás averiguado algo valioso para mejorar el próximo intento. Superar la perspectiva binaria del modelo éxito/fracaso hará que cualquier resultado sea positivo.

Y eso facilita mucho el hacer públicos tus errores. No hay nada malo en admitir que algo no funciona si lo consideramos como parte de una trayectoria hacia el éxito. ¿En cualquier caso, por qué compartir los fracasos? Sencillamente para tener apoyos y consejos que quizás te hagan falta en tu camino.

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Para Impact Hub Berlin, compartir el informe con su comunidad fue el punto de inflexión en sus infortunios. "Tuvimos un montón de respuestas", exclama Nele. "La gente aprecia de verdad que les hables de tus fracasos, de lo que aprendes y de cómo mejorar." Mostrar que comprendían sus errores, y que tenían un plan para atajarlos, llevó a que un miembro de la comunidad ofreciese un local para el hub, resolviendo de un plumazo el gran problema del proyecto.

Con un local donde experimentar, Impact Hub Berlin pronto atrajo a miembros e inversores para seguir desarrollando sus ideas. Y esa es la última lección de su historia: sigue probando, fracasando y aprendiendo, aunque creas haber logrado el éxito. J. K. Rowling explicó bien este concepto cuando describió el fracaso como "un modo de despojarse de lo innecesario." Es la mejor manera de seguir perfeccionando tu empresa.
Así que la próxima vez que algo salga mal, no te rindas. Afronta tus errores, estudia qué ha pasado y comparte tus conclusiones. Ponte a fracasar de nuevo, y esta vez, hazlo mejor.
¿Cuál es la mayor lección que te ha enseñado un fracaso? Cuéntanoslo en los comentarios.